jueves, 11 de marzo de 2010

A propósito del día internacional de la Mujer: Rosario Castellanos “ Mujer que sabe latín...”


“El hombre convierte lo femenino en un receptáculo de estados de ánimo contradictorios y lo coloca en un más allá en el que nos muestra una figura, si bien variable en sus formas, monótona en su significado” apunta Rosario Castellanos en esta obra ensayística que, con el pretexto de una revisión de género, ejemplifica y trasciende la acción y el lugar que ocupa la mujer en la sociedad mexicana; en la conciencia del “otro” y en la propia.

La mujer en el siglo XX transformó su actitud en la dinámica social; de sumisas y abnegadas servidoras del hogar (para el que “existen”) a la labor docente y el desempeño político. Ello no fue fácil: la mujer realizada y exitosa en el ámbito profesional provoca el rechazo masculino, eso la convierte en solterona o sufragista marginada. El juicio civil al que se somete replantea la fortaleza de su condición y le exige ser ama de casa, profesionista y compañera eficaz. La crítica a la que se enfrenta trasciende a la del sexo masculino.

La belleza femenina, es abordada en esta obra como un ideal de invención masculina al que las mujeres se han visto sometidas a lo largo de la historia. Pasando por los artífices de un despiadado dictador de la moda, que introdujo los pies femeninos en instrumentos de tortura modernos llamados “zapatillas”, hasta el tortuoso sacrificio físico de las dietas, para mostrarse a los ojos del varón que aplaude la “cintura de avispa”. A resumidas cuentas, como antítesis de Pigmalión el hombre no aspira, a través de la belleza, a convertir una estatua en un ser vivo, sino un ser vivo en una estatua.

Además de las imposiciones que en sentido ético y estético, se han desplegado sobre las mujeres a lo largo de la historia, se aborda un tema fundamental: la anulación intelectual.

Es en este sentido donde Castellanos, reflexiona: La pureza-virtud imputada históricamente a las mujeres- es sinónimo de ignorancia; deducimos entonces que la mujer, en la medida que ha dejado de ser ignorante ha ido perdiendo la “pureza”.

Constitucionalmente todos los ciudadanos mexicanos pueden educarse en los niveles elementales incluidas las mujeres, quienes desde 1946 se consideran ciudadanas. Sin embargo, en la realidad las cosas son diferentes: En una familia lo que determina la oportunidad de la educación de sus hijos es el factor económico, si los medios son abundantes no se discrimina en función del sexo pero cuando es preciso elegir quién ha de aprender las primeras letras y las cuatro operaciones aritméticas, porque les van a ser indispensables para abrirse paso a la vida, se elige a los varones. A las mujeres se les adiestra en las labores del hogar y se les prepara, como se ha hecho secularmente, para el matrimonio.

En Mujer que sabe latín... se pone de manifiesto un problema latente en las mujeres con respecto a su potencialidad intelectiva y sus potencialidades afectivas: la mujer renuncia a su vida amorosa para dedicarse a su vida profesional.

Estas condiciones propician que las mujeres no se arriesguen a cultivar un talento, a llevar hasta sus últimas consecuencias la pasión de aprender, por miedo a quedarse solas, al juicio aplastante de la sociedad a la exclusión, a la frustración sexual y social que representa la soltería.

Porque no se elige ser soltera como una forma de vida sino que la expresión ya lo dice, se queda una soltera, esto es, se acepta pasivamente un destino que los demás nos imponen. Quedarse soltera significa que ningún hombre consideró a la susodicha digna de llevar su nombre ni de remendar sus calcetines.

Afortunadamente ya no nos encontramos en los tiempos en que los maestros de medicina legal de la Facultad de Derecho se negaban a dictar su cátedra en presencia de mujeres por temor a lastimar sus castos oídos, mencionando los genitales o con la descripción de delitos que consideraban demasiado violentos para ser escuchados por ellas; o cuando Zoraida Pineda, la primera y única mujer que asistía a los cursos de Filosofía en la UNAM era vista “cond escendientemente por los profesores y con burla por sus compañeros ante quiénes ella exhibía siempre un atuendo irreprochable: sombrero y guantes para no permitirles que olvidaran su calidad de mujer decente, a pesar de todo”.

Casi cuatro décadas después de la publicación de este ensayo: ¿Los cambios han sido sustanciales?, ¿Ha evolucionado la concepción de la mujer en la sociedad?, ¿La figura femenina es digna de desarrollarse intelectualmente?, ¿Qué es lo que fundamentalmente impulsa a una mujer en México para salirse del molde tradicional y buscar en la educación una vía para afirmarse como ser humano?, ¿Hasta qué punto una mujer acepta su independencia como conquista o la soporta como culpa?, 7 de cada 10 mujeres sufren o han sufrido violencia según reportes de este 2010.

La esencia de este ensayo, se puede dilucidar a partir del sugerente título, cuyo origen proviene de un refrán popular, que con sorna y sarcasmo denota la condición femenina discriminatoria: “Mujer que sabe latín... Ni tiene marido, ni tiene buen fin”.

La coautora de este texto es Carolina Garay Montero, amiga incondicional.

5 comentarios:

  1. Muy interesante el ensayo que comentas, efectivamente a la sociedad en general y en muchas ocasiones a las propias mujeres les ha costado aceptar que las cosas están cambiando y que a parte de ocuparse los quehaceres cotidianos, podemos ocuparnos de aspecto de carácter intelectual, muchas ya inmersas en la vida académica y política, y qué decir de los varones, a los que a una mayoría aun le sigue costando trabajo aceptar esta realidad y aunque efectivamente tengamos derechos reconocidos por la Carta Magna en igualdad de condiciones políticas, el sexo opuesto no logra asimilarlo, las actitudes que se ven en el diario vivir hacia las mujeres demuestran que así es. Tanto hombre como mujer son capaces de muchas cosas, no estoy de acuerdo con los extremos (machismo y feminismo), lo importante es encontrar el equilibrio, donde cada uno se sienta realizado y cumpla con el papel que según sus capacidades y aptitudes logren realizarse, ¿cuál es tu opinión personal?

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  2. Hola Paty, de acuerdo en todo, el tono es muy feminista pero como verás el día lo ameritaba, en realidad creo que cada quién tiene capacidades diferentes por ejemplo yo soy malísimo para ubicarme geográficamente, pero si me gustan las matemáticas y también la poesía, así que no hay marcos referenciales que nos obliguen a reducciones simplista sobre roles, lo único seguro es que debemos ejercer democracia a través del respecto y la equidad.

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  3. Que te digo compañero, yo le doy gracias a muchos hombres que ha habido en mi vida.
    Al maestro que hizo exámenes personalizados y a todos les decía: está muy fácil compañero si no pasa es porque de plano es muy bruto y a mi me dijo "haber que puede hacer con esto, nos vemos en el extraordinario" (eso fue después de que se me ocurrió llevar a mi novio a la clase), al funcionario del PAN del D.F., maestro de la facultad por cierto, que antes de que entrara a una entrevista con su jefa me dijo "ahora que trabajes aquí nos vamos a conocer mejor ¿verdad?, yo fingí que no había entendido el sentido de su pregunta y casi escupió un "ya estas grandecita, ya sabes a lo que me refiero y si no le voy a decir a mi jefa que no cubres el perfil". Ni entre a la entrevista. Al de afiliación del PAN que después de que había hecho los trámites para afiliarme (si tengo un pasado vergonzoso)y después de que conoció al que hoy es mi esposo entregó una carta al Cómite Delegacional falsificando mi firma no sé que decía, pero luego conocí la respuesta a la carta en donde no me admitían como miembro por mi notoria falta de compromiso. ETC, ETC, ETC. Gracias porque para entender la injusticia tienes que vivirla.

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  4. Parece un tema trillado, pero de verdad que es absolutamente contemporáneo, la discriminación por género es un asunto no superado porque en efecto hay quiénes por su pobreza (mental, económica o moral) violentan, pero lo más grave es que no existen los mecanismos que garanticen que actos como esos puedan ser sancionados, eso es lo verdaderamente grave.. la falta de exigencia para el respeto de derechos. Me gustó tu colaboración por honesta, tengo la fortuna de tener muchas amigas y mujeres cerca (cosa que agradezco) y sé por ellas del nivel de violencia del que hablamos. gracias por postear.

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  5. Carolina Garay Montero28 de junio de 2010, 9:59

    Este texto fué realizado tratando solamente de exponer una realidad sin tratar de caer en el extremo de la lucha de géneros. El ensayo de Rosario Castellanos estará cerca de cumplir 50 años y en América Latina y México particularmente el argumento de fondo de la Castellanos sigue, tristemente,vigente. Escribo este comentario desde Amsterdam, Holanda donde el tópico es sólo parte de su historia social de hace 20 o 30 años.

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