Leí un texto de José Joaquín Blanco titulado
En cada defeño viaja la Ciudad entera (1) y comienza por decir que
De
los muchos millones de habitantes del Defe sólo uno o dos son visibles: los que
atestan almacenes, colas de cines, estadios y oficinas; los que uniforman las colonias
más propiamente capitalinas y los propietarios (aunque sea en abonitos) de los
automóviles que congestionan, ensucian y decoran las avenidas. Cuando, como en
esta Semana Santa, ese milloncito clasemediero (échele dos millones) sale de la
ciudad, el Defe deja de serio, cambia por completo.
Se
diría, entonces, que lo que consideramos el temperamento, el panorama,los
"problemas", lo esencial y característico del Defe no son propios de
todos los millones que lo habitan, sino de un grupo (enormísimo, aunque
minoritario) que lo ejerce, detenta y usa. Y sin embargo, es precisamente ese
grupo el que se harta de la ciudad y se larga a las vacaciones provincianas,
aunque sea por unos diítas sacrosantos, para descansar del horror capitalino.
Ocurre entonces la paradoja: el Defe se convierte en provincia, y la pobre
provincia, a la que el centralísimo Defe despoja de ingresos, identidad e
independencia, se vuelve, por estos días, más Defe en cada uno de sus
pueblitos, puertos y ciudades que la mismísima avenida Insurgentes.
Por cierto que me encanta salir de la
ciudad pero en efecto me la llevo a cuestas, intento evitar a toda costa ser
gandalla y bravucón, aunque noto que lo soy cuando conduciendo me paso los
semáforos en rojo o un policía provinciano me detiene y me hace notar mi falta.
Extraño las comodidades del Defe, por ejemplo en términos de servicios y disponibilidad de productos, a veces no hay televisión de paga o se va la señal del celular, tampoco hay internet y eso me agobia un poco, pero lo compenso leyendo y dotándome de sendas comilonas.
Extraño las comodidades del Defe, por ejemplo en términos de servicios y disponibilidad de productos, a veces no hay televisión de paga o se va la señal del celular, tampoco hay internet y eso me agobia un poco, pero lo compenso leyendo y dotándome de sendas comilonas.
Me libro de la polución, del ruido, de la rutina, de las prisas y me dispongo a respirar aire limpio y a comer casi siempre muy bien.
Somos tanto divertidos como reales, somos la plaga chilanga. Estamos llenos de contradicciones e inseguridades, de excesos y sutiles bondades, siempre estamos pensando mal y actuando ventajosamente.
1 Blanco, José Joaquín. (1981), Función de media noche, México, ERA.
hola... me agrado tu nota...pero adiferencia de ti a mi me necanta salir del distrito federal e ir a provincia sobre todo, a aquellos lugares en donde no existe nada de comunicaciones y nada de tecnologia... por que me agrada platicar con la gente y saber que eres una persona con rostro, personalidad, con un discurso propio y que reconozcan por ti mismo.... por que el la cuidad somos esto un blog, un correo, un numero, un folio, etc,, si no tienes alguna de estas cosas...simplemente para la cuidad no existes....entonces... salir de la cuidad para mi es maravilloso... compruebalo y veras que disfrutar de unos dias sin tecnologia puede traerte experiencias muy positivas..... felices Vacaciones
ResponderEliminarHola, a mi también me gusta salir del df, sólo me incomódan algunas cosas, pero ya dije que las supero. Por otra parte el secreto de usar la red y la posmodernidad es jugar el rol que te toca pero no hacerlo de manera inconsciente, la tecbología es una herramienta que nos ayuda a comunicarnos y en ese sentido o reafirma o entierra tu personalidad. =)
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