domingo, 23 de mayo de 2010

Compañeros de generaciones futuras:



Uno al vivir por inercia, se siente el centro del mundo, todo gira en torno a la vida que uno construye porque además el tránsito de lo cotidiano termina por absorver todas nuestras capacidades hasta el punto en que se cree que eso es la vida. De pronto, de un tajo las personas debemos conscientizarnos acerca de las cosas tan grandes que hay en el mundo y sobre lo pequeños que somos en el espacio: somos pequeñas arenitas que apenas se pueden distinguir una de otra.

La tierra acoge con igual indiferencia a letrados que a ignorantes, a reyes a que a lacayos, entonces lo que queda para cada persona simple y llana es decidir sobre el sujeto que quiere construir de sí mismo, nuestro compromiso con la vida, nuestra familia y la realidad que nos rodea es participar con responsabilidad y buscar de la manera más humana pasar por esta vida, generar riquezas para el espíritu y disfrutar de nosotros mismos sin dañar a nadie, ser feliz.

La felicidad es un elemento que no puede llegar de fuera, a diferencia de la realidad que es una construcción social, la felicidad depende de nuestro mundo interior, es una construcción subjetiva, debemos disfrutar inconmensurablemente de ella y de nuestro cuerpo, somos responsables de nuestra propia felicidad, dice Óscar Wilde que sólo hay dos tragedias en la vida: alcanzar lo que deseas o no alcanzarlo.


Atrévete:
Sé el arco y la flecha, la cuerda y el ay.
El sueño es explosivo. Estalla. Vuelve a ser sol.

En tu castillo de diamante tu imagen se destroza
Y rehace, infatigable. “

(Octavio Paz : El prisionero)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios