domingo, 9 de mayo de 2010

El fracaso de la modernidad



El paradigma filosófico de nuestro modus vivendus enmarcado por el desarrollo industrial y la apertura comercial al mundo nos queda a deber mucho, se nos prometió libertad, igualdad y fraternidad, un mundo nuevo y feliz en el que todo estaría resuelto de manera deóntica, el Estado Nación ordenaría todo y el imperio de la ley nos garantizaría la seguridad jurídica y la paz social.

La felicidad intrínseca al modo de vivir la democracia y el ejercicio de los derechos fundamentales nos devolverían el paraíso que se aviva al ritmo de los derechos internacionales  ya el derecho de los niños,  el de los indígenas, el de las mujeres, el de los animales, el de la naturaleza y hasta el de las generaciones futuras.
La sociedad conformaría redes y ambientes de solidaridad en el que la paz se generase por arte de magia y las máquinas nos servirían para descansar mientras ellas nos servían, harían todo el trabajo, nuestras generaciones actuales se dedicarían a las artes y humanidades, a disfrutar los bellos frutos de la modernidad, ¿será que el premio está al final del camino?; ¿y si no hay final?; ¿si es sólo la zanahoria?; ¿cuándo terminó la modernidad?.

Al parecer el siguiente paradigma se encuentra en construcción, se llama posmodernidad, no se entiende quiénes lo construyen, sospechamos que estamos incuidos porque para iniciar un cambio se necesita tener consciencia sobre la realidad actual, la posmodernidad es un estado sensible, la modernidad no acaba… ¿nos dará tiempo de hacer y ver mayores cambios?

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