domingo, 11 de abril de 2010

El callejón de los milagros



Un milagro en el cine



El callejón de los milagros es una película producida por Arturo Ripstein, basada en la novela de Naguib Mahfuz, Premio Nobel de Literatura, el libreto y la adaptación son de Vicente Leñero quien añadió a la historia una visión mágica e integral pues abordó la historia a partir de tres personajes diferentes en una misma línea temporal: Rutilio, Alma y Susanita, esta característica la hace de un valor narrativo excepcional pues el personaje principal de cada segmento se convierte en secundario de los otros lo que nos permite disfrutar una misma historia desde tres posturas diferentes y complementarias. Al final, la trama concluye redonda e impecable, para estas alturas la cinta ya es merecedora de más de 50 premios internacionales.

Para hablar de esta película es importante señalar varios aciertos: el primero es un excelente reparto de actores mexicanos, tales como Ernesto Gómez Cruz, Margarita Sanz, Delia Casanova, Salma Hayeck, Luis Felipe Tovar, Tiaré Scanda y Daniel Giménez Cacho entre otros; uno más de los aciertos es la estupenda música de Lucía Álvarez y por supuesto la dirección de Jorge Fons.

La historia tiene como protagonista al propio callejón ubicado en el Centro de la Ciudad de México compuesto por personajes característicos tales como: una vidente; una solterona; el dueño de un bar; el dueño de una librería; el dueño de una tienda de antigüedades; el líder de mendigos y un par de jóvenes que piensan en mejorar su nivel de vida viajando como ilegales a Estados Unidos. El entramado inicia en una cantina en la que un grupo de adultos juega unas partidas de dominó, la fotografía es obscura y la hace nostálgica, aunque hay películas de aquélla época que no se ven tan ajadas.

Acerca del protagonista de cada historia tenemos que: Don Rutilio es un señor casado y con hijos que trabaja en su propia cantina, este hombre cincuentón encuentra gozo en una tardía homosexualidad que le traerá problemas con su familia y entorno social. Por otra parte, Alma es una adolescente que tras la ausencia de su novio encuentra formas lujosas y poco convencionales de vivir. La última de los protagonistas es Susanita, una ingenua y bondadosa solterona, que anda a la caza de su príncipe.

La conducta pecaminosa e impropia de Don Rutilio, la entrada a una vida llena de lujos y vicios de Alma y la espera insondable de Susanita por amor son en una pieza la idea de la moral defeña de los noventa: pícara, incómoda, merecedora de bromas pesadas pero sobre todo de su trato como tabú pues es algo que existe, todos lo saben, pero no debe por nada del mundo nombrarse.

En la cinta, se muestra como la forma de progresar para los jóvenes sin estudios y en edad laboral está circunscrita por la posibilidad de trabajar como inmigrantes en Estados Unidos y retornar con dinero a su lugar de origen; sin embargo, las ausencias provocan desarticulaciones relacionales tanto en la familia como en la sociedad.

Frente a toda desesperanza humana por alcanzar el ideal de felicidad en una ciudad compleja encontramos a Susanita, que únicamente espera un amor sincero, esta es la llamada estrujante de un mejor futuro a través de la bondad de la solterona, quien a pesar de todo aprenderá a gozar el dolor.

El callejón de los milagros es una metáfora de la realidad para los habitantes de una ciudad desolada y con múltiples vicios, integrada de ciudadanos ventajosos y mundanos que también son transeúntes de la alharaca descarnada y el barullo que es la soledad y de su inevitable encuentro consigo mismos en un callejón.

 

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