Un milagro en el
cine
El
callejón de los milagros es una película producida por
Arturo Ripstein, basada en la novela de Naguib Mahfuz, Premio Nobel de
Literatura, el libreto y la adaptación son de Vicente Leñero quien añadió a la
historia una visión mágica e integral pues abordó la historia a partir de tres
personajes diferentes en una misma línea temporal: Rutilio, Alma y Susanita,
esta característica la hace de un valor narrativo excepcional pues el personaje
principal de cada segmento se convierte en secundario de los otros lo que nos
permite disfrutar una misma historia desde tres posturas diferentes y
complementarias. Al final, la trama concluye redonda e impecable, para estas
alturas la cinta ya es merecedora de más de 50 premios internacionales.
Para hablar de esta película es importante
señalar varios aciertos: el primero es un excelente reparto de actores
mexicanos, tales como Ernesto Gómez Cruz, Margarita Sanz, Delia Casanova, Salma
Hayeck, Luis Felipe Tovar, Tiaré Scanda y Daniel Giménez Cacho entre otros; uno
más de los aciertos es la estupenda música de Lucía Álvarez y por supuesto la
dirección de Jorge Fons.
La historia tiene como protagonista al
propio callejón ubicado en el Centro de la Ciudad de México compuesto por
personajes característicos tales como: una vidente; una solterona; el dueño de
un bar; el dueño de una librería; el dueño de una tienda de antigüedades; el
líder de mendigos y un par de jóvenes que piensan en mejorar su nivel de vida
viajando como ilegales a Estados Unidos. El entramado inicia en una cantina en
la que un grupo de adultos juega unas partidas de dominó, la fotografía es
obscura y la hace nostálgica, aunque hay películas de aquélla época que no se
ven tan ajadas.
Acerca del protagonista de cada historia
tenemos que: Don Rutilio es un señor casado y con hijos que trabaja en su
propia cantina, este hombre cincuentón encuentra gozo en una tardía
homosexualidad que le traerá problemas con su familia y entorno social. Por
otra parte, Alma es una adolescente que tras la ausencia de su novio encuentra
formas lujosas y poco convencionales de vivir. La última de los protagonistas
es Susanita, una ingenua y bondadosa solterona, que anda a la caza de su
príncipe.
La conducta pecaminosa e impropia de Don
Rutilio, la entrada a una vida llena de lujos y vicios de Alma y la espera
insondable de Susanita por amor son en una pieza la idea de la moral defeña de
los noventa: pícara, incómoda, merecedora de bromas pesadas pero sobre todo de
su trato como tabú pues es algo que existe, todos lo saben, pero no debe por
nada del mundo nombrarse.
En la cinta, se muestra como la forma de
progresar para los jóvenes sin estudios y en edad laboral está circunscrita por
la posibilidad de trabajar como inmigrantes en Estados Unidos y retornar con
dinero a su lugar de origen; sin embargo, las ausencias provocan
desarticulaciones relacionales tanto en la familia como en la sociedad.
Frente a toda desesperanza humana por
alcanzar el ideal de felicidad en una ciudad compleja encontramos a Susanita,
que únicamente espera un amor sincero, esta es la llamada estrujante de un
mejor futuro a través de la bondad de la solterona, quien a pesar de todo
aprenderá a gozar el dolor.
El
callejón de los milagros es una metáfora de la realidad para
los habitantes de una ciudad desolada y con múltiples vicios, integrada de
ciudadanos ventajosos y mundanos que también son transeúntes de la alharaca
descarnada y el barullo que es la soledad y de su inevitable encuentro consigo
mismos en un callejón.
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