Lo rijoso de la relación entre los habitantes de
Cananea en Sonora y las compañías mineras que se asentaron en esa población del
municipio de Naco se remonta incluso a la época colonial en la que los
españoles intentaron fundar un Real de Minas y tanto los indios apaches como
los pimas evitaron durante mucho tiempo su consolidación. ¿Se acuerdan que los
primeros visos históricos respecto a la existencia de derechos laborales en
México se iniciaba con los mineros de Cananea? o ¿Qué me dicen de los libros
que inician la Historia Patria mencionando a la huelga sonorense de 1906 como
la cuna de la Revolución?, no sobra recordar que el conflicto laboral inició
con los salarios discriminatorios que recibían los mineros mexicanos respecto
de los estadounidenses que ahí trabajaban, su estandarte fue la bandera
nacional y un billete de cinco pesos (monto exigido como salario mínimo).
Lo más importante de esta población es el valor
histórico que en materia de derecho laboral posee. Es esta misma ciudad minera
a la que hoy a 104 años del inicio de la huelga de Cananea regresa el
movimiento obrero para ser noticia, pero ahora los mineros han sido desalojados
por el gobierno panista de Calderón a través de policías federales que tomaron
el control de las minas despojando de su espacio laboral a los trabajadores de
la escandalosa sección 65 conocida por denunciar la malversación de fondos de
Napoleón Gómez Urrutia su prófugo líder sindical.
Hoy, también, fue lanzada al unísono una campaña
publicitaria que negoció el Gobierno Federal con Televisa, campaña a la que
durante mayo se sumaron Tv Azteca, Multimedios, Excélsior, El Universal y todas
las frecuencias de radio del Distrito Federal, bajo el supuesto de que los
medios de comunicación representan a la “iniciativa privada” con la intención
de emitir una convocatoria para presentar proyectos que enaltezcan el
desarrollo de nuestro país en diferentes áreas: calidad
de vida; desarrollo comunitario; justicia y derechos humanos; buen gobierno y
rendición de cuentas, así como medio ambiente. Para ello fueron
convocados medios de comunicación, líderes empresariales y hasta
universitarios. La escena melodramática es redonda porque Javier Aguirre
entrenador de la selección nacional de fútbol dirige en cadena nacional por
radio y televisión un mensaje a los mexicanos en el que menciona que… “En 2010
es hora de hacer historia, México cada 100 años se propone realizar cambios y
los hace... es hora de construir el México en el que cada quién trabaja por lo
mejor y cada quién asume sus responsabilidades. No será fácil, transformar un
país no es algo que se construya en un sólo día, es hora de soñar y conseguir”.
Lo contradictorio de los dos asuntos surgidos el mismo
día es que el discurso material y el discurso retórico se apartan. La iniciativa privada y en particular los
medios de comunicación perfilan una idea que surge desde el Ejecutivo -y sus
asesores de imagen- acerca de transmitir una campaña publicitaria que utilice,
en pleno mundial de fútbol 2010, al entrenador de la selección y a las estrellas
del duopolio televisivo para pronunciar un discurso que transfiere la
responsabilidad de mejorar las condiciones económicas, sociales y políticas a
los ciudadanos mexicanos, quiénes están obligados a “hacer el cambio”, con ello
se proponen hacernos sentir fuertes y capaces de mover algo importante, al
tiempo que surge el atropello histórico y laboral contra Cananea, noticia que no
fue cubierta por la prensa mexicana y que ha merecido más cobertura de los
medios internacionales que de los domésticos.
.
Ni hablar, una vez más el discurso es: “es hora de
pasar del México del fracaso” y la realidad es: al México de las injusticias y
la violencia contra quiénes menos pueden hacer.
Sabes que eres mi idolo, y no por eso te digo que tu artículo es muy bueno.
ResponderEliminarGracias por leerme y comentar, sabes que la admiración es recíproca.
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