jueves, 12 de agosto de 2010

Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero, un simple montaje



El 28 de julio pasado el presidente de México Felipe Calderón Hinojosa anunció la creación de un Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero (CESF) en nuestro país, mismo que fue mencionado con antelación en la reunión del Grupo de los 20 (G20). El anuncio tiene su contexto en la dinámica financiera internacional y en los lineamientos establecidos en dicha reunión.

El consejo no es un invento nacional en todo caso tiene como antecedente la crisis de 1987 iniciada el lunes negro en USA y a una entidad llamada “President’s Working Group on Financial Markets” creada por su entonces presidente Ronald Reagan para intentar generar certidumbre en los mercados financieros, ésta es la misma estrategia política que instrumenta el presidente Obama en su reciente reforma financiera.

Los participantes del CESF son los titulares (y otros funcionarios) de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público; el Banco de México; el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario; la Comisión Nacional Bancaria y de Valores; la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, y la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro. Es decir los amigos de Calderón, sobre todo Ernesto Cordero y Agustín Carstens quienes son funcionarios conocidos por su ineptitud y ocurrencias pues tienen en su haber frases como “el catarrito”.

La trascendencia de quienes lo conformarán no es asunto menor, porque se necesita de ellos la instrumentación de estrategias que no favorezcan en coyunturas políticas al grupo en el poder, es decir que la distancia política entre ellos y el presidente sea respetuosa. Lo que se requiere de un órgano de esta naturaleza es que se constituya como una entidad autónoma en sus decisiones pues la credibilidad en materia financiera es de suma importancia ya que en su ausencia el sistema bursátil de cualquier nación puede desplomarse en cuestión de minutos o captar un mayor número de inversiones.

Acerca de los propósitos de la CESF hasta ahora dados a conocer podemos mencionar que son cuatro: 

a) Identificar oportunamente los riesgos que pueden interrumpir el funcionamiento del sistema financiero en México.

b) Recomendar y coordinar las políticas y medidas necesarias para evitar diversos peligros en la economía.

c) Fungir como órgano de consulta del Ejecutivo Federal y

d) Elaborar un informe anual sobre el estado que guarda la estabilidad financiera del país.

Es decir, se busca un órgano que genere un esquema macroprudencial para evaluar continuamente las variables que pueden afectar a la economía y con ello prever con cierto margen los huracanes que se aproximen. Sinceramente, el objetivo es muy loable pero su estructura orgánica y operación no.

Como podemos ver dentro de sus propósitos fundamentales está el recomendar, es decir se convierte en un órgano que no cuenta con la posibilidad de ingerir directamente en la administración pública, sino que como en el caso de la PROFECO (Procuraduría Federal del Consumidor) y de la CNDH (Comisión Nacional de Derechos Humanos) emitirá únicamente recomendaciones que como sabemos se convierten eventualmente en llamadas a misa.

Agustín Carstens, Titular del Banco de México, declaró que dicho consejo funcionará para identificar riesgos y reducir la posibilidad de una crisis económica, pero omitió decir que la crisis debe ser de índole financiera, y es que aunque las últimas crisis (1994 y 2009) han tenido esa naturaleza no significa que no haya otras, por ejemplo la generada por desórdenes sistémicos.

Las crisis de origen sistémico indican que la funcionalidad económica de un país no se encuentra trabajando en condiciones óptimas, sino todo lo contrario. Por lo que se deben impulsar nuevas reglas que regulen la interacción entre los participantes y las instituciones, a ello le llamamos reformas. Si he llegado a este punto es para señalar que lo que se necesita en el sistema financiero es una reforma que ponga a cada participante en su lugar, que incite a que la intermediación entre ahorradores e inversionistas se ejecute, que el dinero que entra al sistema financiero sea inyectado al sistema productivo y genere trabajos y nuevas empresas, y no se canalice únicamente hacia la especulación. Impulsar la reforma del sistema financiero en México requiere de voluntad, capacidades y habilidades que el Ejecutivo no posee y ante sus deficiencias sólo queda conformarse con la creación de este Consejo.

Esperemos de los males el menor y que éste sea el inicio de algo que con el tiempo se torne más serio porque la coordinación de las políticas generadas por la SHCP y el Banco de México son necesarias pero también su autonomía en pos de credibilidad y distancia con el Ejecutivo, debido a que no será mal menor que se limite a un decreto ya que quedaría como un organismo administrativo sin control y sin presupuesto.
 

4 comentarios:

  1. ME GUSTA TU FORMA TAN INTELIGENTE DE ABORDAR TODOS LOS TEMAS. UN ABRAZO.

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  2. gracias por visitarme y tomarte el tiempo de escribir

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  3. Ayyyyy mi Bul, que orgullo leer tus líneas. Un gran abrazo y felicitación.

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  4. Muchas gracias, por favor firma para ubicarte. saludos

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Comentarios